Sencillas costillas de cerdo asadas

Publico, por fin, la receta de costillas de cerdo que le prometí a Darojas, amigo virtual, cazador de gazapos y "lengüilargo" magistral.
La tardanza tuvo que ver con un primer intento en el que quise hacer honor a su apellido y diseñé unas Rojas-costillas las que, si bien hermosas, no quedaron tan ricas como esperaba.
Así que me dejé de "inventos" e hice unas muy sencillas, fáciles de preparar y que quedan, éstas sí, deliciosas.
Como bien saben quienes me conocen, soy "amadora" incondicional del cerdo y no digo "amante" pues la palabra ésta se presta a interpretaciones que no tienen nada que ver con mi "señorío" y mi decencia en cuestiones "amatorias".
Lo que quiero decir es que, al igual que los españoles, aprecio y disfruto "del cerdo hasta sus andares" por lo que sus costillas, asadas, fritas o cocidas, me fascinan.
Les cuento que hay quienes sostienen que la prohibición del consumo de cerdo fue la responsable de frenar la expansión islámica en China, cuyos habitantes prefirieron seguir "adorando" al Dios "chancho" en vez de sumarse a las legiones de Alá ("Historia natural y moral de los alimentos" de Maguelonne Toussaint-Samat).

INGREDIENTES
(Para 3 - 4 puerco-adictos)
  • 1.3 kg de costillas de cerdo (eso pesaban las dos "bandejas" que compré, pero la misma cantidad de ingredientes bastaría para un kilo o kilo y medio).
  • 1 cda de paprika picante (que puede reemplazarse por 1 cda de pasta de tomate y un poquito de tabasco u otra clase de picante. No mucho pues la idea es "colorear" el sabor no hacerlas picantes).
  • 3-4 dientes de ajo
  • 1 cda de mezcla de hierbas secas (usé romero, tomillo y orégano)
  • 1 cda de mostaza
  • 1 limón (jugo y "ralladura" de la cáscara)
  • 2 cdas de miel (de azúcar morena o de panela rallada)
  • 2 cdas de aceite de oliva (o del que "a bien" tengan)
  • 12 cebollitas "mini" (opcionales)
  • Sal y pimienta
Cortar las costillas en porciones que contengan 2-3 huesos y "chuzarlas" con un tenedor o un palillo de pincho.
Machacar los ajos hasta convertirlos en un puré y mezclarlos con las hierbas, la mostaza, la paprika, el jugo y la ralladura de limón y el aceite de oliva.Embadurnar las costillas con la mezcla anterior y dejarlas macerar, tapadas, en la nevera unas horas (mínimo dos, idealmente de un día para otro).
Salpimentar las costillas por ambos lados y disponerlas en una bandeja de manera que quede una sola capa, les untamos de nuevo todo el adobo que haya quedado en el recipiente en que las maceramos.
Meterlas al horno precalentado a 180ºC, en el que pondremos, en la parte inferior, un recipiente (grandecito, un molde de bizcocho servirá) con agua caliente; el vapor que desprenderá el agua impedirá que se "sequen" las costillas.
Media hora después añadimos las cebollitas repartidas por los espacios que quedan entre los trozos de costillas.
Asamos las costillas hasta que estén bien hechas. Deben tardar entre 1 hora - 1 hora ¼.
Nos daremos cuenta de que ya están listas introduciendo un palillo en una de las zonas más "carnuditas" hasta tocar el hueso, sacamos el palillo, el líquido que salga por el orificio debe ser transparente, no tener ningún matiz rosado.
Se retiran del horno y las "barnizamos" por encima con la miel, para esto es ideal usar una brocha de cocina (también puede ser que las espolvoreemos con un poquito de azúcar morena o de panela rallada). Subir la temperatura del horno a 220ºC y se vuelven a introducir en él hasta que la miel se caramelice y las costillas se doren (15 minutos aproxidamente). Esto les dará una "costra" ligeramente dulce que combina muy bien con el adobo ácido y perfumado en que las hemos asado.
Para acompañarlas recomiendo puré de papas y tomates asados (los partimos por la mitad, los cubrimos por encima con una mezcla de pan rallado, ajo cortado en trocitos pequeñísimos, hierbas picadas y sal, y les rociamos un chorrito de aceite de oliva) que se meten al horno media hora después que las costillas.
Aunque, confieso que nosotros (por razones de "peso") las acompañamos con unos sosos calabacines hervidos en agua con sal, aderezados con yogurt natural y hojas de menta picadas.
No olviden, por favor, estar muy vigilantes pues cada horno se "comporta" de manera única y del manejo atento del tiempo y de sus temperaturas depende, en general, el éxito de lo que cocinemos en ellos.
Ahí está pues su receta don Darío. Ojalá les queden exquisitas. ¡Que las disfruten!

1 comentario:

Anónimo dijo...

El comentario lo hice en donde sabemos, doña Ana de los Fogones. Cuando las prepare te haré otro, allá y aquí.