¡Arro' congri compañeros!

Esta es una versión extra-rápida y "acolombianada" del típico plato cubano hecho a base de frijoles negros y arroz, que puede hacerse con o sin carnes.
Suena bastante extraño eso de "congri", ¿que carajos quiere decir?
Curiosilla que es una (chismosa dirían muchos), cuando conocí esta delicia tropical, me di a la tarea de averiguar el origen de su nombre (Dios bendiga el internet) y supe que congrí es un vocablo venido de Haití donde a los frijoles colorados se les dice "congó" y al arroz "riz", como en francés. Así pues, sencillamente significa "arroz con frijoles", como resultado de la mezcla de una palabra proveniente de un dialecto africano y otra del idioma francés. También me enteré de que, cambiando las proporciones, lo llaman moros y cristianos (me imagino que es una referencia a que unos son negros y los otros son blancos).
Ahí tenemos a la comida de nuevo conteniendo en sí misma la historia del ser humano, las aculturaciones, las invasiones, los intercambios, las migraciones...resulta fascinante ¿no?

Arroz congri
(para 4-5 camaradas)

200 grms de tocino o de carne de cerdo
1 lata pequeña de frijoles negros
1 medida de lata de arroz
1 medida de lata de agua
5 ramas de cebolla verde
3 tomates maduros medianos
2 dientes de ajo
1 cdita de comino en grano
3-4 cdas de aceite (o la grasa que desechamos del tocino)
Pimienta, sal

En la olla en que vamos a cocinar, sofreímos el tocino (o la carne) picado en trocitos muy pequeños hasta tostarlos, retiramos un poquito de la grasa resultante. Yo la dejo toda, pero sé que casi todo el mundo anda evitando las grasas como a los pecados mortales, sin embargo tienen que dejar por lo menos un poquito, pues si no quedará muy seco y "pastoso".
Agregamos los frijoles, la cantidad de agua que nos quepa en la lata, el comino, la pimienta y un poquito de sal, sin olvidar que los frijoles ya vienen salados, pero recordando que cuando se hace arroz, el agua en que lo vamos a cocinar debe quedar más salada de lo que queremos el resultado final, pues éste absorbe bastante sal. El fuego debe ser medio.
Cuando empieza a hervir con fuerza, añadimos el arroz sin lavar (los arroces comerciales vienen muy limpios y el lavarlos hace que pierdan bastantes sustancias nutritivas y que se "pegoteen" con más facilidad), mezclamos suavemente y lo dejamos hervir destapado hasta que esté casi sin líquido.
En este punto se le mezclan suavemente dos cucharadas del guiso de tomate y cebolla, se baja el calor al mínimo, se tapa y se deja terminar de cocinar unos diez minutos o hasta que el arroz esté en su punto. Si se ve ya muy seco y aún está duro se pueden añadir dos o tres cucharadas más de agua, rociándola por encima, sin revolver y tapándo de nuevo el recipiente.
Para el guiso, picamos muy pequeñito la cebolla, el ajo y el tomate. Se ponen a sofreir en el aceite la cebolla y el ajo a fuego alto 3-4 minutos, incorporamos el tomate, un poquito de sal y de pimienta y lo dejamos cocinar hasta que se seque casi todo el líquido. Usamos dos cucharadas para mezclarle al arroz y lo que queda se coloca en la mesa para que cada cual añada a su gusto.
Se puede acompañar con nuestras deliciosas tajadas de maduro, chicharrón de cerdo u otra carne cualquiera.
Para los vegetarianos, se hace sin el tocino (o la carne) inicial, igualmente quedará delicioso.
Lo pueden acompañar con gluten frito, tofu rebozado o chicharroncitos de berenjena (les debo su preparación).

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