Tortilla facililla de maíz



Los huevos son ricos, baratos, bonitos, versátiles, infravalorados pero consumidos en cantidades inimaginables -millones de millones de huevos al año- ya sea como protagonistas (tipo huevos fritos) o haciendo parte de infinidad de preparaciones culinarias (salsas, postres, quiches, soufflés, sopas, ensaladas y etcétera, etcétera) .
Las tortillas son casi mágicas, se pueden hacer con muchísimos ingredientes, se resuelven en minutos y salen baratísimas, a no ser que a uno le dé por hacerlas con caviar o trufas de las de miles de dólares (que también se puede, claro).
Una vez se le coge el "tirito" al procedimiento básico, siempre quedan deliciosas y cada vez que las preparemos podemos sorprender a nuestros comensales con un resultado diferente.
La inspiración es la famosa "tortilla de patatas" española (en otra ocasión les daré la receta que me enseñó una amiga andaluza y que es de "rechupete").
Aquí van unas recomendaciones respecto a los huevos y créanme, no son una "huevonada".

Tortilla facililla de maíz
(6 buenas porciones)

10 huevos
2 tazas (100 - 125 grms) de "chips" de maíz (nachos, tosticos, maizitos, doritos y similares)

1 taza de jamón picado
1 cebolla de huevo picada finamente (opcional)
3 tiras de tocineta tostadas y picadas finamente
5 cdas de leche (o agua) aprox. Lo suficiente para remojar un poquito los "chips"
2 cdas de aceite
Sal y pimienta

Inicialmente se humedecen los "chips" con la leche.
Se sofríe la tocineta picada hasta que se tueste, se puede retirar la grasa resultante pero yo -por supuesto- la conservo, pues la manteca de cerdo aporta un montón de sabor. Se añade la cebolla revolviéndola de tanto en tanto, hasta que comienza a dorarse, se incorpora el jamón picado y se sofríe dos o tres minutos más (para que adquiera el sabor de la tocineta y la cebolla).
Se baten los huevos ligeramente, hasta mezclar por completo las yemas y las claras. Se les añaden los demás ingredientes y se vacia la mezcla en una sartén de teflón con las dos cucharadas de aceite. Se tapa.
Hay que calentar primero la sartén a fuego alto, pero la tortilla se debe hacer a fuego bajo. Entre más gruesa la tortilla menos calor debe tener, así se evita que se queme por fuera y quede cruda por dentro. No debe ser de más de una pulgada de gruesa, pues en ese caso más vale meterla al horno. Podemos también hacer varias pequeñas.
Se voltea cuando vemos los bordes dorados y está "blancuzca" y casi seca por encima. La manera más segura de darle la vuelta es colocar un plato plano o una tapa sobre la sartén, ésta se gira para que la tortilla caiga sobre el plato, luego se desliza de nuevo en la sartén y se coloca en el fogón. Cuando se hacen tortillas pequeñas es muy fácil (y muy emocionante) tirarlas hacia arriba y que giren en el aire. Les recomiendo ensayarlo cuando estén solos pues se arriesga que la tortilla vaya a dar al piso y que uno quede "como un zapato" con la visita.
A mi me gusta acompañarla con una mayonesa casera de hierbas, pero para no complicarse mucho, se le añade a la mayonesa comercial un poquito de hierbas variadas, un poquitico de ajo machacado (opcional) y un tris de sal y de pimienta.
Las tortillas pueden comerse calientes o frías y hacerse el día anterior pues parece que su sabor se asienta y son riquísimas "amanecidas".


2 comentarios:

Patri dijo...

Algunos consejos para comprar y conservar huevos:
En términos nutricionales es igual consumirlos blancos o morenos.
No se deben comprar huevos que presenten grietas en sus cáscaras.
Se deben adquirir en recipientes (hueveras) aireados, con indicaciones de vencimiento y etiquetas de consumo.
Hay que desechar los que tengan restos sospechosos en la cáscara (tienen más de 7000 poros en la cáscara, por lo que son susceptibles de absorber olores, sabores, bacterias -como la salmonela- etc.).
El huevo se conserva, como máximo, tres semanas en la parte menos fría del frigorífico.
Se debe almacenar con la punta hacia abajo
No se deben limpiar, mucho menos lavarse con agua, pueden adquirir olores y sabores indeseables con más facilidad.
Como son susceptibles de tomar olores de otros alimentos: se deben mantener en sus empaques originales o en recipientes cerrados.
Sería ideal no guardarlos en la puerta de la nevera: el movimiento de ésta perturba a la yema y a veces la rompe.
No almacenar huevos rotos más de un día
No consumir huevos que presenten grietas en sus cáscaras.
Limpiar con un paño los huevos antes de usarlos
Tener cuidado de que no queden restos de cáscara en la clara o yema una vez abiertos.
Deben estar en un sitio frío, especialmente en verano, no es cierto que los huevos se deben guardar a más de 25 grados centígrados.
Para saber si un huevo se encuentra en buen estado se requiere hacer una prueba sencilla: en un vaso casi lleno de agua, se agrega un puñado de sal y se mezcla, hasta disolverla; después se introduce el huevo, si se hunde, está fresco, si se pone a medio vaso tiene unos días, pero si flota, hay que desecharlo, pues está en mal estado. Esta prueba se basa, en una estructura interna del huevo, llamada cámara de aire. Esta cámara, al pasar los días, se llena de aire, y en consecuencia permite la flotabilidad del huevo. Cuando vamos a comer huevos “tibios” o enteros “en cacerola”, vale la pena hacer la prueba, pues aún si no están malos, hay una gran diferencia en sabor y textura según sea su frescura.
Otra prueba interesante es sacudir el huevo con la mano cerca de la oreja, si produce sonido dentro está pasado, si no se oye nada, está fresco.

Anónimo dijo...
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