Cazuela de frijoles blancos


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En español se les dice frijoles, frejoles, judías, porotos, chingadillas, granos, pochas, fabas, chícharos, caraotas, alubias, habichuelas y todavía hay un montón más de palabras para nombrar a las semillas comestibles de la familia Fabáceae.
Como me hago un lío con los nombres (ya que en todas partes les dicen de un modo diferente) les cuento que usé un frijol blanco de casi 2 cms de largo por 0.5 cms de ancho y que el tiempo de cocción dependerá del tamaño de los que usen.
Las leguminosas -grupo al que pertenecen los frijolitos de mi Dios- ayudan a prevenir la obesidad y a tratar enfermedades del corazón, la diabetes y el colesterol. Son el imprescindible reemplazo de la carne en las dietas vegetarianas siempre y cuando se combinen con cereales como el arroz, el maíz o el trigo, pues de otro modo las proteínas que contienen no son asimilables. Pueden consumirse hasta tres veces por semana pero en raciones más bien pequeñas ya que lamentablemente son de dificil digestión. De hecho hay personas que no las toleran muy bien. Para facilitar su digestión es necesario remojarlas al menos 8 horas, luego desechar el agua del remojo y enjuagarlas de nuevo.
Estos “porotos” son ricos en fibra, tienen altos niveles de proteínas, carbohidratos, calcio, vitamina A, vitaminas del complejo B, hierro, fósforo, tienen propiedades antioxidantes (los que se supone contribuyen a prevenir el cáncer) y ayudan a evitar el estreñimiento. ¿Qué más se les puede pedir?

Ingredientes
  • 350 grms de fríjoles blancos remojados desde la noche anterior
  • 2 litros de agua
  • 3 zanahorias medianas
  • 1 repollo blanco pequeñito o 1/2 de tamaño normal
  • 1 saucisson vaudois o 2 libras de carne o de costilla de cerdo
  • 2 hojas de laurel
  • 1 tallo de cebolla de rama
  • 1 cda de pasta de tomate
  • 1 chorrito de aceite
  • 1 cebolla de huevo
  • 1 cabeza de ajo entera
  • 2 - 3 dientes de ajo
  • 1 pimentón verde pequeño
  • 2 tomates de aliño
  • 1 cdita pequeña de ají tabasco
  • Pizcas de comino, tomillo y orégano
  • Un manojo de cilantro
  • sal y pimienta
Se lavan los fríjoles y se revisan para tirar los que estén malos, luego se ponen a cocinar en -más o menos- el doble de agua que la cantidad de frijoles ya remojados e incorporamos el repollo cortado en cascos de manera que las hojas sigan unidas al tallo central, la cabeza entera de ajo a la que solamente se le retiran las hojas exteriores, el tallo de cebolla verde, las hojas de laurel y la carne (como yo usé una salchicha "vaudois" que solo tarda media hora en cocinarse, no la puse desde el inicio). Si se cocinan en olla a presión deben revisarse unos 12 - 15 minutos después de que empiece a "pitar" para verificar que estén blanditos pero no desechos. Incluso recomiendo continuar la cocción, si fuera necesario) sin volver a cerrar herméticamente la olla para no terminar haciendo un puré. Yo los cociné en olla normal y tomaron 2 horas aproximadamente, pero unos de tamaño más pequeño tardarán menos tiempo. Cuando se abre la olla a presión para revisarlos (o 1 hora después de colocarlos en olla normal) se retiran la rama de cebolla, las hojas de laurel y la cabeza de ajo, de la que se separan los dientes y se presionan con una cuchara para extraerles el puré que resulta, luego lo volvemos a poner en la olla. Si prefieren no hacerlo, simplemente desechen el ajo, al igual que la cebolla verde y las hojas de laurel, pero vale la pena tomarse el trabajito pues le añaden mucho sabor al caldo.
Mientras se ablandan los frijoles hacemos un sofrito con el chorrito de aceite, la cebolla de huevo, el pimentón verde, los 2 dientes de ajo adicionales y el tomate; todos picados muy pequeñitos. Añadimos el comino, el tomillo el orégano, el ají y un poquito de sal y de pimienta.
Cuando los frijoles ya están en su punto retiramos la carne (o la salchicha) para dejarla reposar unos diez o quince minutos antes de porcionarla (si se corta muy caliente tiende a desbaratarse) y les incorporamos las zanahorias cortadas en rodajas no muy delgadas, el sofrito y la pasta de tomate (disuelta en un poquito de agua).
Mezclamos suavemente, rectificamos la sal y dejamos que "calen" a fuego más bien bajo 30 minutos más (aprox).

En el último minuto podemos añadir la carne nuevamente para que se caliente de nuevo, o colocar la porción directamente al emplatar. Yo lo prefiero así pues se "zangolotea" menos.
Una vez que servimos nuestra cazuela le esparcimos por encima el cilantro picado.

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